Se llama dehesa al bosque de encinas y alcornoques (especies predominantes) con amplios claros que pueblan buena parte del suroeste peninsular y que es el resultado de siglos de intervención humana en la naturaleza.
Se ha moldeado esta incomparable dehesa natural para un buen aprovechamiento de sus recursos, principalmente los forestales, y para la explotación ganadera. De este modo, nuestros cerdos ibéricos encuentran aquí un inmejorable hábitat donde desarrollarse.
Desde mediados de septiembre hasta finales de febrero o principios de marzo, dependiendo de las condiciones climáticas, las arboleda de las dehesas arroja sus frutos, las bellotas, que los cerdos comen de buena gana. Es la época conocida como «la Montanera».
La bellota es un fruto altamente energético con las que el animal engorda en los meses anteriores a su sacrificio.
Con alimentación en tiempo de Montanera, el ácido oleico que contienen las bellotas se trnasmite al sistema múscular de los animales, consiguiéndose así los productos más sabrosos y saludables del mundo.